La casa encantada
Érase una vez tres pequeños esqueletos que andaban por los pasillos de la gran casa encantada se fueron a comer -Vamos a comer gusanos y lagartos ¡Correr!
De repente al llegar al comedor no estaba su madre, había desaparecido. Buscaron y buscaron por toda la mansión y no la encontraron.
Después fueron a fuera y la encontraron. Estaba enseñado a un niño el esqueleto.
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