La ladrona de tesoros
Nazaret:
-Hola, Carla
Yo:
-Hola, Naza. ¡Cuánto tiempo sin verte!
Nazaret:
-Tengo que contarte una aventura que me paso en las vacaciones.
Yo:
-Te escucho.
Nazaret:
-Estaba en la playa de las islas Cíes cuando a lo lejos vi brillar algo, me acerqué un poco asustada pero cuando vi lo que brillaba me asombré mucho. Era un cofre abierto con unas pocas monedas y porque había un rastro con las monedas.
Asustada decidí ir a investigar, después de un tiempo llegué a una casa, llamé a la puerta y la puerta se abrió sola y de repente yo asomé la cabeza pero no había nadie. Entré y dí un paso y una señora me dijo...
-¡No entres ahí! De verdad, mira que gente tan descarada.
Me disculpé y le pregunté por qué tenía un tesoro en su casa.
Ella me dijo que era la heredera del tesoro.
Me marché pero seguía sospechando de esa persona.
Nazaret:
-Hola, Carla
Yo:
-Hola, Naza. ¡Cuánto tiempo sin verte!
Nazaret:
-Tengo que contarte una aventura que me paso en las vacaciones.
Yo:
-Te escucho.
Nazaret:
-Estaba en la playa de las islas Cíes cuando a lo lejos vi brillar algo, me acerqué un poco asustada pero cuando vi lo que brillaba me asombré mucho. Era un cofre abierto con unas pocas monedas y porque había un rastro con las monedas.
Asustada decidí ir a investigar, después de un tiempo llegué a una casa, llamé a la puerta y la puerta se abrió sola y de repente yo asomé la cabeza pero no había nadie. Entré y dí un paso y una señora me dijo...
-¡No entres ahí! De verdad, mira que gente tan descarada.
Me disculpé y le pregunté por qué tenía un tesoro en su casa.
Ella me dijo que era la heredera del tesoro.
Me marché pero seguía sospechando de esa persona.