Florencio iba con un churro cuando:
-!Eh! ¿qué tal está tu perro?
-No tengo perro.
-¿Tu hermana sigue enferma?
-No tengo hermana.
-¿Tienes pelo?
-No, soy calvo ¡mira!
-Lo siento, ¿tienes casa?
-No, no tengo.
-¡Dios!, ¿hay algo que tengas?
-No... espera si, te tengo a ti.
-M......
-No, no te lo digo a ti, se lo digo a mi churro.