Poema
Cada vez que miro el mar,
me dan ganas de nadar.
Una vez pensé que el mar podía matar
pero ahora se que eso puede pasar.
La primera vez que vi el mar me dieron
ganas de ponerme a bailar,
y desde entonces me dan ganas de bucear.
El mar es peligroso, pero a veces
maravilloso.
Hay tiburones que son matadores pero
quizá también sean encantadores.
Cada vez que miro el mar,
me dan ganas de nadar.
Una vez pensé que el mar podía matar
pero ahora se que eso puede pasar.
La primera vez que vi el mar me dieron
ganas de ponerme a bailar,
y desde entonces me dan ganas de bucear.
El mar es peligroso, pero a veces
maravilloso.
Hay tiburones que son matadores pero
quizá también sean encantadores.